EL CANDIDATO DE LA OPOSICIÓN
Feb. 2011 - J. J. Martínez Vera
Es un hecho público y notorio que la oposición anda en busca de un candidato para las elecciones del año 2.012. Es una persona que debe ostentar características especiales identificadas de seguidas, pero entre las cuales destaca primero la capacidad para derrotar al Presidente Chávez. Debe representar lo diametralmente opuesto a éste, y no sólo en su amor por el comunismo, ese sistema que ha fracasado rotundamente en todos y cada uno de los sitios donde se ha tratado de imponer.
Que defienda los intereses reales del país sin estar buscando enemigos externos para desviar la atención de nuestros problemas fundamentales. Que respete la liberad de opinión e información. Que apoye a nuestra agricultura e industria en lugar de andar expropiando lo que se le antoja. Que imposibilite la intromisión de otras naciones en nuestra política interna. Que no esté cambiando de opinión cada día. Que acate la Separación de Poderes. Que no invente gallineros verticales ni rutas de la empanada sin haber estudiado a fondo cada proyecto. Que hable mucho menos y trabaje por el país mucho más. Que haga cadenas publicitarias sólo cuando tenga noticias importantes que ofrecer a la ciudadanía. Que se preocupe por la baja producción y productividad de ciertos productos o renglones. Que disminuya radicalmente los gastos en armas. Que no acepte la existencia de ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Que disminuya en forma permanente nuestros niveles de pobreza y reparta más equitativamente nuestras riquezas naturales sin coartar la iniciativa individual. Que mejore los servicios asistenciales y educativos. Que no se preocupe por importar sino por exportar. Que impida toda manipulación de los índices estadísticos. Que nombre ministros con alta experiencia y capacidad, aunque sean chavistas. Que coordine con todos los gobernadores y alcaldes los grandes proyectos de desarrollo.
Además esa persona deberá apoyar una urgente transformación del país: Es un hecho histórico reconocido que las naciones con fuertes instituciones disfrutan de mayor bienestar económico, de mayor estabilidad política y de mayor igualdad social. El subdesarrollo venezolano se debe, fundamentalmente, a la nociva participación de los caudillos, desde Páez hasta Chávez, famosos por su irrespeto a la Ley. La meta principal de la oposición debería ser el fortalecimiento de instituciones que, de paso, eviten toda posibilidad futura de gobiernos totalitarios como el que ahora nos agobia. Me refiero a reformas como las que me atrevo a sugerir:
1.- Para minimizar la corrupción todas las contralorías (nacional, regionales o locales) deben estar por ley en manos de la oposición.
2.- Para incrementar la transparencia, el Presidente, los gobernadores y los alcaldes deben publicar en la prensa los ingresos y gastos aprobados al final de cada año.
3.- Para mejorar el Sistema de Justicia los prefectos de los 335 municipios, ahora nombrados a dedo, serían sustituidos por jueces de paz electos por la población, con la autoridad necesaria y suficiente para reclamar información a los juzgados locales sobre todas las causas en curso. Ellos pudieran formar el Poder Moral de la Nación.
4.- Escoger un sistema para que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia sean nombrados o sustituidos por las escuelas de Derecho, los colegios de abogados, las centrales obreras, las organizaciones patronales, las iglesias, el gobierno, la oposición, etc. de modo que muchos segmentos de la sociedad tengan su propio representante.
El nuevo Presidente, dados los derechos otorgados a Chávez por las leyes habilitantes, debería poder aprobar reformas como las anteriores para hacer a Venezuela una nación de instituciones. Ese sería el primer paso para que aspiremos a formar parte del Primer Mundo.
La Mesa de la Unidad Democrática debería empezar de inmediato a conformar las listas de aspirantes, los cuales deberían presentar, por lo menos, un comando de campaña con 20 personas de significación, varios miles de firmantes y un juramento donde se obliga a respetar y apoyar al ganador de las Elecciones Primarias. La Lógica parece indicar que unas 30 personas se inscribirán en esa lista. De ser así, unas 600 personas formarían parte de los comandos y si la campaña de los aspirantes dura 15 meses, o 65 semanas, para recorrer el país, cada uno de los 335 municipios sería visitado y entusiasmado unas seis veces en ese lapso. (30X65/335 = 5,82)
Teodoro Petkoff, en su último programa dominical de televisión, sugirió la posibilidad de que las Elecciones Primarias se celebraran a final de este año, lo cual implicaría que la campaña del candidato electo duraría unos once meses. Los estrategas de la MUD deberían estudiar la posibilidad de alargar la campaña de los aspirantes y hacer menos larga la del candidato. El triunfo que buscamos puede depender de esa estrategia.
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