domingo, 24 de mayo de 2020

Añoranza

En mis noches solitarias,
silenciosas.
En mis noches sin luceros,
cuando el frío y la llovizna, viento y nieve
martirizan mi ventana.
Tu cariño es mi plegaria
y te busco en mi recuerdo, para hacer en cada sombra
la fogata de tus ojos y el albor de tu mirada.

Cuando sólo; triste y solo
los pesares y dudas se arrinconan en el alma;
cuando todo me parece rodeado por un velo de nostalgia,
y son lúgubres las cosas
y son negras, todas negras
las visiones y las ansias
van ¡Mi cielo! a tu retrato mi pasión y mi ternura
y se quedan circundando la montura.
como ofrendas de gracia.

Si es terrible mi partida. Es terrible tu distancia.

En las noches como éstas: silenciosas, solitarias
Hay un grito en cada célula, un poema en las entrañas.
Un sollozo cada instante, una pena cada lágrima
Por tus ojos y tu boca y tu pelo y tu mirada
tu sonrisa y tu silencio y tu palabra
y el dolor de los minutos que son horas de nostalgia
y el negarte entre las sombras y el buscarte entre la nada
Y el saber que es cruel espera
y que es larga la distancia.

Necesito las caricias de tus suaves manos blancas
Necesito de tus besos. Muchos besos,
infinitos son los besos que mi boca te reclama.
Necesito que le digas muchas cosas a mi alma
Que le digas que me quieres
Que le digas que me amas
Que le cuentas las angustias que te dan mis esperanzas.

Necesito que te calles
Que en silencio bien amada
se me pierda entre tus ojos soñadores, la mirada.
¡Y que el tiempo se estacione y que el cielo llueva flores!
Y que el río riegue esencias, y que el Dios de los amores
Mansamente
Quedamente
Suavemente
lleve el llanto de mis versos el regazo de tu falda.

Necesito de tus besos en las sienes afiebradas.

En las noches como ésta: sin luceros y sin luna
y en las noches con luceros, en las noches estrelladas
Necesito tu presencia para hacer las horas largas
de cariño
De cariño y de esperanza

Que tus brazos se atenacen a mi cuello
¡Oh los brazos de la amada!
Que tus manos acaricien mis ojeras
¡Oh las manos transparentes de la amada!
Que tus dedos se entrelacen con mi pelo
¡Oh las notas descontínuas de los dedos armoniosos de la amada!

En las noches solitarias
infinitas, silenciosas
lloro en vano tu distancia
y mis sueños son a veces tan sinceros
Que parecen ser tus besos
Besos rojos, besos blancos, besos buenos,
los que viven en el alma.

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