CHAVISMO, EL FASCISMO DEL SIGLO XXI
J. J. Martínez Vera
27 de Febrero de 2011
Todas las declaraciones oficiales del PSUV aseguran que son un partido de “Izquierda” y que toda manifestación que les es adversa procede de la “Derecha”. Las huelgas o manifestaciones estudiantiles, de trabajadores, de amas de casa, de médicos y enfermeras, de desempleados, son siempre calificadas como expresiones de la Derecha. En el fondo quieren acusar a los manifestantes de tener algún nexo con el Imperio o con la Oligarquía. De acuerdo a ellos todos los problemas del mundo emanan de esos dos monstruos. Sea quien sea el protestante, la acusación del PSUV es siempre la misma.
Pero los verdaderos hombres de izquierda tienen en el mundo entero un credo político bien definido: Creen en una humana distribución de la riqueza; en la igualdad ante la ley, en el respeto a los derechos de las minorías, en el apoyo a las asociaciones de trabajadores; en una absoluta libertad religiosa y de expresión, en la conveniencia de la separación de poderes, en el derecho de todo ser humano de cualquier raza o condición, en que el hombre ha creado un mundo cada día mejor, en que los desposeídos deben ser ayudados, en la conveniencia de un Estado autónomo y soberano. Los hombres de izquierda tienen un profundo anhelo de que prevalezca la justicia. Tradicionalmente un hombre de derecha es aquel que se aleja poco o mucho de estas creencias.
El credo no tiene que ver con la riqueza: hay pobres que son de extrema derecha y ricos que son de extrema izquierda. Otra gente que cree que ser de izquierda es odiar a los ricos, pero harían cualquier cosa para volverse ricos. Cuando algunos lo logran sin mucho trabajo, se convierten en exponentes de la extrema derecha. Ese fue el caso de los fascistas italianos. Su máximo dirigente fue un socialista revolucionario llamado Benito Mussolini cuya organización, Fascio (Grupo) Nazionale dei Combattenti, se conformó en 1.919 con una mayoría de paramilitares y sindicalistas de izquierda. Su primera victoria política se produjo en 1.921, aliado con los liberales, pero poco a poco se fue transformando en un aparato de la extrema derecha.
Los pasos dados por Mussolini y el Fascismo desde la extrema izquierda a la extrema derecha parecen haber sido imitados a la letra por Chávez y sus chavistas. En efecto, el año 1.922 Mussolini intentó alcanzar el poder realizando una marcha contra Roma. En 1.992, un militar socialista intentó tomar el poder en Venezuela con un golpe de Estado. Los marchantes italianos, vestidos con camisas negras, integraban batallones armados para aplicar la violencia sistemática contra sus adversarios. Eran grupos muy similares a los camisas rojas, tupamaros y a las huestes de “la Piedrita” o a los de Lina Ron. Después de esos fallidos intentos, en Italia, el rey Víctor Manuel, en lugar de decretar ley marcial, comisionó a Mussolini para formar gobierno. En Venezuela, el Presidente Caldera le otorgó un indulto que le abriría las puertas de Miraflores. Ambos mantuvieron por algún tiempo una careta de gobierno constitucional, pero usando bajo cuerdas todos los artificios de presión, intimidación y violencia.
En 1.923, haciendo uso de poderes dictatoriales, Mussolini promulgó una nueva ley electoral que otorgaba al partido con mayoría de votos, las dos terceras partes de los curules. En el año 2.010 Chávez promulgó una nueva ley electoral que le permitió obtener más de 90 diputados con el 48 por ciento de los votos, mientras que la oposición, con el 52 por ciento de los sufragios, sólo obtuvo 65.
En 1.929, las clases sociales más prominentes, la llamada plutocracia, le dieron su apoyo incondicional a Mussolini a cambio de jugosos contratos y tratados con el gobierno. Entre el 2.004 y el 2.009 Chávez creó una superplutocracia que se fundamentó en el otorgamiento de dólares preferenciales para su venta a mayores precios; en la adjudicación de los contratos de seguros de PDVSA y otros ministerios, en la colocación de petrobonos, en el otorgamiento de licencias de importación, en hacerlos proveedores de los mercados oficiales, entre otros privilegios. Estos plutócratas terminaron siendo los directivos y accionistas mayoritarios de los bancos Canarias, Banpro, Confederado, Bolívar Banco, Central Banco Universal, Banco Real, Banco Helm y de las empresas de seguros Constitución, Baninvest, Seguros La Previsora, Seguros Premier, Seguros Los Andes.
Entre 1.935 y 1.937 Mussolini mantuvo un enfrentamiento contra Francia, Inglaterra y otros países democráticos hasta que en la última fecha Italia abandonó la Liga de Naciones. En su mandato, Chávez ha peleado contra los gobiernos de Estados Unidos, México, Colombia, España, Perú, Chile, Honduras y ha amenazado varias veces con salirse de la Organización de Estados Americanos. En 1.938 Mussolini sustituyó la Cámara de Diputados por la Cámara de Fascistas, mientras que Chávez era aclamado por su Asamblea Nacional y su Tribunal Supremo de Justicia con el famoso cántico: Uh, Ah, Chávez no se va. Después vendría para el todo poderoso Mussolini las consecuencias que pagaría al término de la Segunda Guerra Mundial.
No importa que el PSUV diga que es un partido de izquierda. Lo que se dice no es lo importante, sino lo que se hace. ¿Y que es lo que ha hecho el chavismo?: Lo que siempre han hecho los gobiernos totalitarios de derecha:
Ha condenado con terribles penas de cárcel a policías que cumplieron su deber, mientras los pistoleros de Llaguno disfrutan de libertad. No sólo irrespeta el derecho de las minorías, sino el de las mayorías, como hizo con la Alcaldía del Distrito Federal. Ha establecido dos sistemas judiciales diferentes: uno para sus amigos, quienes gozan de total impunidad, y otro que se caracteriza por las condenas sin pruebas y sin lógica. Ha cerrado RCTV y 34 radio emisoras, ha atacado con medios ilegales a Globovisión, ha provocado protestas nacionales e internacionales de la Sociedad Interaméricana de Prensa por sus violaciones a la libertad de expresión. Ha atacado al sindicalismo y se niega a las convenciones colectivas. Ha auspiciado la intervención de Cuba y otros países en nuestros problemas internos. Creen que el hombre de hoy debe ser substituido por un “Hombre Nuevo”. Ha nombrado, tal como Mussolini, autoridades inexistentes en la Constitución. Ha expropiado, igual que Mussolini, cientos de empresas sin seguir los procedimientos legales. Ha tratado, como hizo Mussolini, de establecer en las escuelas una filosofía fascista obligatoria. Cómo Mussolini, Chávez se ha aliado con todos los regímenes despóticos del mundo. El régimen chavista sólo puede ser catalogado como un régimen fascista.
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